Finalizó la COP30 en Brasil con un acuerdo débil por falta de compromisos clave
La cumbre climática de Belém cerró con un documento consensuado por casi 200 países, pero sin ruta para la eliminación de combustibles fósiles. Países latinoamericanos criticaron la falta de ambición y la forma de aprobación del texto.
La COP30, celebrada en Belém (Brasil), concluyó con un acuerdo catalogado por varios observadores como poco ambicioso. La declaración final omitió una hoja de ruta para reducir el uso de combustibles fósiles, uno de los puntos más debatidos durante las negociaciones.
El texto fue aprobado “por consenso” entre casi 200 naciones aunque el mecanismo dejó disconformes a varios países latinoamericanos. En particular, Argentina, Colombia, Ecuador, Panamá, Uruguay y Paraguay objetaron durante la sesión de clausura la forma en que se tomaron las decisiones.
Uno de los principales focos de crítica es que el documento no contiene mención explícita a un calendario para abandonar el petróleo, el gas o el carbón. Este vacío fue interpretado por algunos negociadores como una señal de concesión a los países productores de combustibles fósiles.
La cumbre también estuvo marcada por momentos de tensión y dificultades: un incendio en la Zona Azul del recinto obligó a evacuar parte del lugar y retrasó las negociaciones en su etapa final.
Pese a las críticas, los organizadores destacaron que el documento reafirma compromisos con el Acuerdo de París y llama a aumentar la ambición climática. No obstante, muchos participantes lo calificaron como un acuerdo “de mínimos” que podría quedar corto frente a las exigencias científicas y sociales para enfrentar la crisis climática.