Durante lo que debía ser un período de calma, fuerzas de Israel lanzaron bombardeos en varios puntos de Gaza. Según la versión oficial de la Defensa Civil de la Franja de Gaza, uno de los impactos se produjo sobre un vehículo en el barrio de Rimal, provocando al menos 11 muertos y más de 20 heridos.
El total de víctimas declaradas por fuentes palestinas asciende a 24 muertos, cifra otorgada mientras se registraban también decenas de heridos. Estos reflejan el carácter frágil de la tregua vigente y los continuos incidentes.
El bombardeo ocurre pese a que el cese de hostilidades estaba activo, lo que ha generado críticas por parte de organismos de derechos humanos y de la comunidad internacional. Según el informe de la Defensa Civil, además del impacto directo existen víctimas que fallecieron por consecuencias indirectas del ataque.
Desde Tel Aviv, fuentes gubernamentales israelíes atribuyen los ataques a la necesidad de reaccionar frente a acciones de militantes en Gaza, entre ellas la violación del alto al fuego, aunque en el comunicado no se detallaron los objetivos específicos de este bombardeo en particular.
La situación humanitaria en Gaza, ya crítica, se complica aún más con estos hechos. Con desplazamientos masivos, infraestructuras hospitalarias colapsadas y rutas de ayuda obstaculizadas, estos ataques agravan la vulnerabilidad de la población civil.
En este marco, se suma la demanda de diferentes instituciones para que se realice una investigación independiente del incidente, a fin de determinar responsabilidades y establecer medidas que garanticen el respeto al alto el fuego y la protección de civiles.