¿Quién dijo que el amor no dura años y sobrevive a cualquier obstáculo? Ellos demostraron que eso puede ser real. Lionel Messi y Antonella Roccuzzo supieron escribir una hermosa historia que perduró en el tiempo y tuvo sus hermosos frutos, Thiago y Mateo.

Se conocieron allá por el año 1996 gracias al primo de Antonella, Lucas Scaglia, que además era compañero de Lio en las inferiores de Newell´s. A partir de ahí fue que comenzaron a pasar tiempo juntos jugando a las orillas del río Paraná, en Entre Ríos, el lugar natal de ambos.

Desde su entorno trascendió que el futbolista desde ese momento comenzó a escribir cartas donde declaraba su amor por Antonella y aseguraba que ella sería quien se convierta en su novia, y así fue años después que se confirmó el romance.

Estando de novio con ella, hija de dueños de una cadena de supermercados únicos en Rosario, le surgió la posibilidad de ir a jugar afuera por lo que tuvieron que mantener una relación a distancia. Durante un largo tiempo solo se veían cuando Lio viajaba a la Argentina.

En el medio tuvieron un impasse, durante el cual Antonella estuvo de novia con otro muchacho rosarino por casi tres años. Pero a partir de un reencuentro entre la morocha y Messi, el amor volvió a renacer y apostaron de nuevo a esa relación. Así, luego de mantenerlo por un tiempo en secreto, lo gritaron a los cuatro vientos antes del Mundial de Sudáfrica 2010.

A partir de ese momento, Roccuzzo viajó a Barcelona y se instaló allí en la casa de Lio, ubicada en Castell De Fels. Tuvo que buscar como pasar el tiempo y por eso tomó clases de inglés y aprovechó para ejercitarse en el gimnasio, en los momentos en que no acompañaba a su amor.

Dos años más tarde confirmarían que serían padres de su primer hijo varón. Así llegó al mundo Thiago en noviembre del 2012. Hoy, la familia está compuesta por un integrante más, Mateo, el hijo más pequeño de la pareja.

Una historia que sin dudas demuestra que estaban destinados a estar juntos y que el primer amor siempre es el más fuerte. Ahora la sellarán para siempre con el sí.