Si bien llegaba como una gran amenaza para darle pelea a los gigantes, se consolidó en la Copa del mundo luego de vencer a Brasil en los cuartos de final y a partir de allí parecía que podía levantar el título. Sin embargo, en su camino se cruzó Francia que supo controlar a sus figuras y aprovechar el arma de la pelota parada.
Aunque es complicado jugar un partido de tercer y cuarto puesto con el golpe de haber quedado eliminado, los Diablos Rojos se lo tomaron con la responsabilidad de dejar a Bélgica en el mejor puesto de su historia y así lo lograron. Dominaron a Inglaterra y lo derrotaron por 2 a 0 para llevarse la medalla de bronce a casa.
Sin más tiempo de espera, la aventura en Rusia finalizó y los jugadores retornaron a su tierra natal donde fueron recibidos por más de 40 mil personas en las calles de la ciudad de Bruselas y luego se duplicó la cantidad de gente en la plaza más importante, frente al ayuntamiento.
Desde el balcón, los jugadores alentaron al público que los recibieron como campeones y gritaron los nombres de una joven generación que ha dejado en claro que se presenta en la elite del fútbol Mundial, con actuaciones destacadas en clubes de los más importantes del planeta.
Hazard, De Bruyne, Lukaku, Mertens, una camada de éxito que difícilmente se vuelva a repetir, pero que está provechando su trabajo de la mano de Roberto Martínez y tiene un largo camino para llegar a la Eurocopa de 2020 y con el sueño puesto en Qatar 2022.