La Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos fue la encargada de ejecutar un ataque con drones contra una instalación portuaria ubicada en la costa de Venezuela a comienzos de diciembre. Se trató del primer ataque conocido por Washington contra un objetivo terrestre dentro de ese país, que fue revelado por el presidente Donald Trump durante una entrevista radial, pero del que se sabían pocos detalles.

De acuerdo a información difundida por CNN, el blanco fue un muelle remoto utilizado por la organización criminal Tren de Aragua para el almacenamiento de drogas y su traslado a embarcaciones destinadas al tráfico internacional. Al momento del ataque no se encontraban personas en el lugar, por lo que no se registraron víctimas fatales. La operación habría contado con apoyo de inteligencia de fuerzas especiales estadounidenses.

Se trata del primer ataque conocido de Estados Unidos contra un objetivo terrestre dentro de Venezuela, un dato que refuerza la lectura de analistas internacionales sobre un endurecimiento de la política de la Casa Blanca hacia el gobierno de Nicolás Maduro. En ese sentido, The New York Times interpretó el hecho como el inicio de una nueva fase, más agresiva, de la campaña de presión impulsada por Trump.

El propio mandatario estadounidense reconoció la ofensiva durante una entrevista radial concedida el 26 de diciembre a la emisora WABC de Nueva York. Allí afirmó que Estados Unidos había destruido una “gran instalación desde donde salen los barcos”, en el marco de su estrategia contra el narcotráfico, aunque evitó brindar precisiones sobre la ubicación exacta. Según explicó, el ataque se habría producido dos días antes, en vísperas de Navidad.

Días después, durante una conferencia de prensa en Mar-a-Lago junto al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, Trump volvió a referirse al tema. “Destruimos todos los barcos y atacamos el área. Ese lugar ya no existe”, aseguró, sin aclarar si la operación fue llevada adelante por las Fuerzas Armadas o directamente por la CIA.

Consultado sobre su vínculo con Maduro, el presidente estadounidense afirmó que habían hablado “bastante recientemente”, pero minimizó los resultados de ese contacto. “No sale gran cosa de eso”, deslizó.

Una ofensiva más amplia en la región

El ataque en Venezuela se inscribe en una escalada más amplia de operaciones estadounidenses contra el narcotráfico en el Caribe y el Pacífico oriental. Desde septiembre, fuerzas de Estados Unidos realizaron múltiples ofensivas contra presuntas embarcaciones utilizadas para el tráfico de drogas, con un saldo que supera el centenar de muertos.

Este lunes, el Comando Sur anunció un nuevo ataque en el Pacífico que dejó al menos dos víctimas fatales. Las acciones, difundidas incluso con material audiovisual, despertaron fuertes cuestionamientos de expertos en derecho internacional y organismos de derechos humanos, que advierten sobre posibles ejecuciones extrajudiciales. Washington, por su parte, rechaza esas acusaciones.

A la ofensiva militar se suman sanciones económicas y medidas de bloqueo contra buques petroleros vinculados a Venezuela. En ese marco, Estados Unidos mantiene una recompensa de 50 millones de dólares por información que permita la detención de Nicolás Maduro, a quien acusa de liderar el llamado Cartel de los Soles.