Inglaterra está paralizada por la boda del año: el príncipe Harry, nieto de la reina Isabel II e hijo de Carlos -el príncipe de Gales- y la fallecida princesa Diana Spencer, se casó junto a la estadounidense Meghan Markle.

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Una multitud esperó en la calle desde bien temprano la llegada de los novios al Castillo de Windsor, donde se lleva a cabo la ceremonia.

Según fuentes policiales, se espera que se reúnan cerca de 120.000 personas en este pueblo del condado de Berkshire, al sudeste de Inglaterra.

Además de los miles de curiosos, más de 5000 periodistas de todo el mundo estuvieron acreditados para cubrir el compromiso matrimonial del hijo menor de Lady Di.

La boda del sexto en la línea de sucesión al trono británico se celebró ante 2640 invitados y fue el príncipe Carlos quien, en ausencia del padre de Markle, acompañó a la novia al altar.