Se suma más gente al baile o, en este caso, al escándalo. La crisis de Brasil está en su momento más crítico y no solamente involucra al actual presidente Michel Temer. Una nueva confesión involucra a sus antecesores Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff.
En esta oportunidad, las revelaciones provienen de los directivos de la empresa JBS que, en un acuerdo de cooperación judicial confesaron que pagaron sobornos a Temer desde 2010. A su vez, también confiaron la distribución de más de 80 millones de dólares entre Lula y Rousseff, desde 2005, por los "favores" realizados en su posición de poder.
Sin embargo, el Tribunal Supremo de Justicia de Brasil había abierto una investigación contra el Jefe de Estado por presunta participación en los delitos de obstrucción judicial y corrupción pasiva. Teniendo como base estas declaraciones de los directivos del grupo JBS, todo parece indicar que Temer está al borde de un precipicio. Además, también están involucrados otros funcionarios de su Gobierno.
Temer, junto a uno de los directivos de JBS. / Foto: EFE
Por su parte, en el caso de Lula da Silva y Dilma Rousseff, las confesiones admitieron que le facilitaron a JBS la obtención de multimillonarios créditos con el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social, organismo estatal que también está bajo lupa por denuncias de corrupción con Petrobras.
Estos créditos irregulares le permitieron a JBS expandirse y convertirse en uno de los grupos cárnicos más importantes a nivel global. La repartición de los sobornos alcanzó la suma de 50 millones de dólares para Lula y de 30 para Dilma. Este dinero se depositaba en cuentas abiertas al exterior.