El riesgo país argentino escaló por encima de los 900 puntos básicos, alcanzando su nivel más elevado desde abril, reflejo de una creciente desconfianza de los inversores ante la incertidumbre política asociada a las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires. Micromovimientos en los bonos y acciones locales confirmaron este contexto tenso.
Esta evolución coincide con una fuerte intervención del Tesoro en el mercado cambiario, donde se estima que vendió entre 200 y 500 millones de dólares para evitar una devaluación del peso.
A pesar del esfuerzo, el peso se mantuvo por debajo de los $1.400, mientras la tensión cambiaria persistía. El S&P Merval mostró señales mixtas: registró un leve incremento en pesos, aunque cayó en su versión en dólares, reflejando la situación ambivalente del mercado doméstico.
Diversos analistas enfocaron el alza del riesgo país principalmente en el componente político. JP Morgan y Delphos Investment enfatizaron que la volatilidad no se debe a desequilibrios económicos, sino al clima político, y estimaron que solo una señal clara de estabilización tras las elecciones podría devolver confianza al mercado.