Daniel Giarone presenta su novela “Los Ahorcados”: “La literatura es una forma de abordar lo real”
El escritor dialogó con Filo News acerca de cómo surgió su escritura, por qué decidió contar la historia desde la ficción y reflexiona sobre el rol del periodismo.
La trama deLos Ahorcados comienza cuando un periodista es enviado por el diario en el que trabaja para cubrir la noticia de que cuatro adolescentes, que al parecer no se conocen entre sí, mueren en las mismas y extrañas circunstancias: una soga en el cuello con seis nudos. La búsqueda de la verdad detrás de estos hechos acecha al protagonista que se ve obligado a ahondar en las profundidades de este pueblo que parece maldito.
Si bien en principio todo indica que se tratan de suicidios, algo inquieta a Daniel Hernández y comienza a investigar los casos. “Pienso que todo está envuelto en el silencio de lo que no se dice, de lo que se sabe y es mejor callar, de lo que se dice en otra lengua, extraña, ritual”. Incluso, describe al silencio como “la lengua oficial de Santa Rita”.
En tono policial, las historias que parecían olvidadas o silenciadas, comienzan a cobrar voz y a contar las verdades que azotan al pueblo. Con sutileza y audacia, Hernández entrevista a los familiares y allegados de las víctimas en un dilema entre lo que le demandan desde el diario y lo que intuye que realmente pasa.
Los ahorcados, basada en hechos reales, es la primera novela de Daniel Giarone y el cuarto libro del autor, y es editada por Trapezoide Ediciones, que ya anunció su tercera edición. En diálogo con Filo.News, el escritor cuenta cómo surgió la temática del libro, reflexiona sobre el rol del periodista y sobre la distancia que puede haber entre las problemáticas de los adolescentes y el mundo de los adultos.
¿Cómo surgió la idea de escribir la novela “Los Ahorcados”?
- La novela nace de una crónica periodística, yo soy periodista, y en junio del 2010 me encuentro con la noticia de que en Rosario de la Frontera, en la provincia de Salta, se estaban produciendo una serie de suicidios adolescentes que venían encadenados con un juego, esos que circulan a veces por las redes sociales o a través de los teléfonos, que se llamaba “El ahorcado” y tenía algunas características particulares. Por ejemplo, que se hacía una horca con seis nudos y cada uno representaba un deseo y en general los chicos morían intentando jugar. A mi me impactó mucho, me pareció interesante poder contar esa historia desde la ficción y no desde la crónica periodística. Entonces, a partir de leer la noticia, me puse a investigar qué era lo que estaba pasando, qué características tenían los hechos. Rápidamente vi que era un juego donde la muerte era una posibilidad y no eran intentos de suicidio, al menos de manera directa.
Al estar basado en un hecho real, ¿por qué elegiste contarlo desde el lugar de la ficción?
- Porque me parece que la literatura también es una forma de abordar lo real. Hay algo muy lindo que dice Ricardo Piglia, que es que la literatura habla de los mismos problemas que la sociedad, pero de una manera distinta. La ficción también da cuenta de lo real, lo que no tiene es el requisito de verdad o de veracidad que tiene el periodismo. Pero hasta puede ser más potente en algún punto como discurso. Yo escribo ficción además de periodismo y me pareció interesante poder meterme en la historia desde ese punto de vista.
¿Qué es lo que te llamó la atención y despertó tu interés de los casos?
- Si bien la novela yo la empecé a escribir poco tiempo después de enterarme de lo que estaba pasando, hay algo que se actualiza que tiene que ver con la poca empatía, sensibilidad y escucha que hay sobre lo que le pasa a los adolescentes y jóvenes. Santa Rita, que es el pueblo que yo ficcionalizo en la novela, es un pueblo chico de provincia donde no hay muchas oportunidades ni perspectivas de futuro. Hay un ambiente bastante conservador, donde todo el desarrollo de la soja y de los de los agronegocios ha quitado puestos de trabajo, con un ambiente cultural opresivo o por lo menos quieto con pocas posibilidades de movilidad. Reflexioné sobre el hecho de que había un juego donde la muerte era una posibilidad pero que sea una posibilidad también tiene que haber un deseo de vivir. Una pulsión de vida, además de la pulsión de muerte.
¿Cómo fue la construcción de Santa Rita y generar este clima de silencio y opresión?
- Vuelvo a citar a Ricardo Piglia, él dice: "Lo más importante de un relato es lo que está oculto”. Y esto me parece fundamental. Yo quería recrear este ambiente opresivo, lo que popularmente llamamos como “pueblo chico, infierno grande”, pienso que si uno trabaja bien la elipsis, eso que no se dice va a cobrar una importancia en el relato. El pueblo, el excesivo calor, juega un rol casi como un personaje más. Además, ese silencio habla de todos los otros silencios que había o que hay en la historia. Lo que se puede decir y lo que no.
Hay varias referencias en el libro, por ejemplo a Rodolfo Walsh, ¿cómo fue esa influencia y qué otros relatos dialogan con “Los ahorcados”?
- Sí, que el periodista que lleva adelante la investigación se llame Daniel Hernández, es claramente un homenaje a Walsh. En su primer libro, él fundamentalmente explora el género policial y el policial clásico. Después, Los Suicidas de Antonio Di Benedetto, me acompañó en la escritura por la forma de abordar la ficción y la búsqueda de la verdad del periodista. Acá Daniel Hernández funciona como un detective además de un periodista , porque busca una verdad, va detrás de una pista, de un indicio, de descifrar algo que está oculto. Otro que puedo nombrar es Bajo este sol tremendo de Carlos Busquet por la descripción del clima, el calor, el pueblo chico. También El viento que arrasa de Selva Almada. Esas lecturas o esos autores, estuvieron claramente presentes en mi escritura, me acompañaron y son parte de una estética y de una cierta idea que tengo de la literatura.
El protagonista es un periodista involucrado en los hechos y en la búsqueda de la verdad, ¿cómo ves hoy al periodismo en general? ¿Considerás que faltan muchos como Daniel Hernández?
- Creo que hay un sistema de medios que ha hecho de la noticia una mercancía, pero no por los trabajadores de prensa ni por los periodistas, o no por todos ellos, sino fundamentalmente por cierto enfoque de las empresas periodísticas, del modelo de negocio, del lugar que ocupa la comunicación, de cómo el periodismo ha sido alterado por esta etapa dominada por las nuevas tecnologías, la comunicación y la información. El auge de las redes sociales y los fenómenos como la posverdad o la fake news han alterado la profesión. La novela invita a pensar críticamente la comunicación, los medios y en definitiva la sociedad en la que vivimos. Esta etapa tan oscura que creo que vivimos en la Argentina y en buena parte del mundo, también tiene que ver con estas cosas, que se haya perdido el valor de la palabra, de tener ideales o una perspectiva que busque la realización individual pero que esté ligada a un proyecto colectivo, una sociedad más justa o más empática con el otro. No tengo la pretensión de bajar línea o de plantear una moral, porque creo que eso arruinaría cualquier texto literario, pero sí está bueno el texto porque cuestiona, te deja preguntas y te invita a reflexionar.
¿En qué otros proyectos estás involucrado actualmente?
- Trabajé muchos años en Télam, fui Prosecretario de Redacción y tomé el retiro voluntario el año pasado. Yo ya venía dando talleres de escritura con gente que quiere sacar su primer libro, ya sea narrativa, poesía, hago clínicas. Además soy parte del equipo docente de un programa municipal de lectura que hay en el Partido de San Martín que se llama “San Martín lee”, que es una política pública bastante ambiciosa, que también tiene talleres de escritura y lectura. Lo otro es mi actividad privada, son talleres privados. También estoy ahora colaborando en un medio de la Patagonia.
Sobre el autor
Daniel Giarone es Magister en Escritura Creativa (Untref) y Licenciado en Ciencias de la Comunicación (UBA). Coordina talleres de Escritura Creativa y de Lectura. Dicta también Clínica de Obra, desde donde acompañó la publicación de numerosos autores. Además, integra el equipo docente del Programa Municipal de Lectura San Martín Lee. Sus textos fueron publicados en distintas revistas y antologías. Publicó “Solo estalla lo que se nombra” (microficción y poesía, Macedonia Ediciones, 2022), “Crónicas del asombro” (haikus, Macedonia Ediciones, 2017) y “Voces claras en medio del ruido” (periodístico, Colihue, 2001). Su libro de cuentos “Marilyn” también será publicado este año. “Los ahorcados” (Trapezoide Ediciones) es su primera novela.