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Manuel García-Mansilla renunció como juez de la Corte Suprema

El jurista presentó su dimisión luego de que el Senado rechazara su pliego.

Manuel García-Mansilla renunció como juez de la Corte Suprema

Manuel García-Mansilla renunció como juez de la Corte Suprema. La salida del jurista se precipitó este lunes, días después de que el Senado rechazara, por amplia mayoría, su pliego para integrar el máximo tribunal de justicia.

El jurista comunicó su decisión este lunes a través de una carta que le envió al presidente Javier Milei, quien lo designó en comisión, por Decreto, a fines de febrero pasado, pocos días antes del inicio del período de sesiones ordinarias del Congreso. "Me dirijo a Usted a fin de presentar la renuncia indeclinable al cargo de juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación para el que fui nombrado, en comisión, por el decreto 137 del 26 de febrero de 2025", dice el texto de la renuncia.

Pese a contar con el respaldo del Gobierno nacional, García-Mansilla se había quedado sin margen para actuar como juez de la Corte. Es que a la presión de sus propios colegas, que le exigían la renuncia, se sumó la cautelar que dictó el juez Alejo Ramos Padilla, la cual le impedía por tres meses intervenir en cualquier expediente que se radicara en el máximo tribunal.

García-Mansilla agradeció a Milei "la oportunidad que me diera de poder servir a mis conciudadanos", y aunque lamentó no habe podido hacer "por más tiempo y en otras circunstancias", admitió que su permanencia en el cargo no hubiera facilitado la integración de la Corte. "Todo lo contrario -señaló-: será una excusa más para distraer la atención de aquellos que tienen que aportar una urgente solución a un problema que ya es de larga data".

En ese sentido, el letrado advirtió que la Corte no puede funcionar con tres ministros, como lo hace desde diciembre del año pasado, tras la salida de Juan Carlos Maqueda.

"Existen quienes creen de manera errónea que la Corte Suprema puede funcionar con solo tres jueces. Esto es, lisa y llanamente, un espejismo institucional que puede causar un daño incluso mayor que el que ya ha causado la demora en integrar el Tribunal. En primer lugar, porque el funcionamiento con conjueces dista de ser el ideal. Se resuelven casos, sí, pero no en la cantidad y el ritmo que necesita la Corte. Tampoco con la coherencia técnica con que se lo puede hacer cuando está integrada. A partir de la ilusión de creer que el Tribunal está funcionando con cierta normalidad, se pierde de vista que eso es una mera apariencia y así se acumulan problemas sin resolver", indicó.

García-Mansilla asumió como juez de la Corte el 27 de febrero pasado. Le tomaron juramento los otros tres integrantes del tribunal, Horacio Rosatti -presidente de la Corte-, Carlos Rosenkrantz -vicepresidente- y Ricardo Lorenzetti -ministro-.

El magistrado estuvo presente en la apertura de sesiones ordinarias que encabezó el presidente Javier Milei. Pero desde un inicio su situación se reveló muy frágil.  Su designación en comisión duraría un año, período durante el cual el Senado podría analizar su situación. El desenlace se precipitó la semana pasada, cuando la Cámara Alta volteó su pliego. En la misma sesión se cayó también la canidatura del juez federal Ariel Lijo, quien, a diferencia de García-Mansilla, no había asumido en la Corte.